mayo 31, 2012

crise / crisi / κρίση / crisis


Las fiscales, las políticas, las institucionales, las democráticas, las mías propias. Estoy harto de las crisis. La de ayer, la de hoy y la que continúa en los días que nos quedan. Es lo que se desayuna por las mañanas, lo que se come cocido a las tres de la tarde. Lo que alimenta temores y la perdición total. Lo que martiriza a este, aquel y aquellos a los que no logro ver detrás de los cartones y las carretas viejas de supermecado. Son muchos. Están en los portales de los edificios. No en todos, pero están más que antes.

Esa crisis. La del pánico generalizado. La del horror, la que pare planes de estabilidad. La que se agobia en sí misma y se apaga en los recuerdos de un par de burbujas de ladrillo e infructíferas comisiones de rescate. 

¿Estás bien, Europa?