noviembre 27, 2010

El proyecto nostálgico


1. Nostalgia es verte en un papel arrugado:




2. Nostalgia es leerte en un francés con errores:



3. Nostalgia sos vos en una postal atrasada:


4. Nostalgia sos vos en un mensaje sin tiempo:





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"De aquí solo a mejor / y solo a mejor como dos amiguitos ___ que se quieren / Je t'aime - mais oui!"

noviembre 25, 2010

Yo sí te pido la luna

Dámela porque la merezco. Sí, la luna entera, la plena; la quiero brillante, solita para mi solito. Dámela sin peligro de menguar, sin riesgo de desaparecer en medio de las únicas nubes que no me gustan, las nocturnas. Dámela porque la quiero habitar, partir de cero y en ocasiones perderme en medio de sus mil cráteres. Dámela porque deseo construir perspectivas, vistas al infinito y espacios para extrañar. Dámela porque sé que podés tocarla y hacer brillar tus ojos con ella; dámela porque te he visto seducirla y guardarla en tu bolsillo derecho a pesar de estar roto. Dámela porque será mi escape, mi refugio, mi propio cuerpo celeste, una zona segura que nadie se atreverá a traspasar, ni siquiera vos con tus besos perfumados.


noviembre 17, 2010

A veces


me cansa el sonido de tus letras y lo pesado que se leen tus palabras.

A veces me cansa la curvilínea comisura que es tu boca sin labios y sin gracia.
A veces me cansa tu pelo elevado al viento, sin gravedad, sin relevancia.

A veces me cansa todo.

A veces me cansa todo sobre vos.



***

noviembre 16, 2010

El proyecto experimental

Esta noche, mientras duermo, camino y deshilvano un hilo fino de ideas y suspiros para vos y solo vos. Con cada frase te dibujo una pista, con cada mirada una sutil erección, con cada paso un latido fuerte, sonoro, para que lo sigás sin asustarte, sin escudarte en miedos sin sentido.
Esta noche, inconscientes, sabemos que todo va a estar bien; entendemos que no necesitamos justificar culpas cuando no existen, que ya no es necesario buscar coartadas porque ya todo, en efecto, está bien. El manual ha sido leído, las instrucciones han sido memorizadas. Es evidente, es transparente en tu mirada ensayada o en lo áspero de tu brazo cuando me roza por accidente. Lo noto también en tu voz y en la forzada disculpa que me regalás cuando golpeás mi pierna sin intención.
Esta noche, al dormir, te dejo tenerme. Te dejo abrazarme sin disimulo, sin cuidado de los ojos ajenos.
Esta noche, en mi sueño, te dejo quitarme la ropa y tocarme la mente con tus besos. Te dejo libre de juicios.
Esta noche, en lo oscuro, me envuelvo en la avalancha de tu deseo satisfecho.
Esta noche te aclaro las dudas.

noviembre 13, 2010

Hoy por hoy

voy a sustituirte por almohadas de pluma de pato.
Tengo suficientes.
Y ya.

noviembre 10, 2010

Vacíos


Los espacios vacíos en mi mente han comenzado a reclamarte. Me preguntan constantemente por vos y tu sonrisa de almidón, por tu postura relajada y por esa pereza de medianoche que me conminaba siempre a la misma posición sexual.

Juré ya no dibujarte en mis pensamientos, nunca más en los rincones de mi cabeza, mucho menos imaginar el beso de reencuentro, ese que ya nos toca, ese que conmemoramos anualmente como una fiesta de dependencia, una fecha en la que festejamos el amarre maldito y la obsesión cansina de un nosotros que jamás logra terminar.

Los espacios vacíos te reclaman, pero no voy a complacerlos.
Esta vez no puedo.
No depende de mí.


noviembre 08, 2010

Yo soy

El de la corbata rosada. El cortés caballero. El de las maneras –buenas y malas-. El buen partido. El eterno soltero. El que sería tu novio si no fuera ajeno. El que te respeta. El que te escucha y te abraza. El altruista. El buen amigo. El buen hermano. El amante –bueno o malo según el humor–. El cobarde valiente. El que no cambiará, el que no cree en la religión pero si en un dios, uno suyo, un dios egoísta. El estudioso incansable. El que se esconde en la academia, en el título. El de la estrella quemada. El que se agota con los suspiros, el que se olvida en tu aroma. El narciso. El terco. El orgulloso. El irascible. El vigoréxico, el de la eterna dieta, el de la comida chatarra culposa. El que parece andar fresco, a pesar de ser un cochino. El de las apariencias –las evidentes y las que no lo son tanto-. El de la excusa, el que procrastinará cada vez que puede. El que no cocina, el que no se ensucia las manos, el torpe para todo, el bueno para nada, el inútil, el raro. El consentido. El insoportable. El que no quisieras ser después de conocerlo. Yo soy el que empieza bien y termina fatal en un solo párrafo.