diciembre 18, 2011

Uno, dos y tres

Uno, dos y tres conceptos pasan volando por mi mente. Los leo, los releo y los leo otra vez y ninguno de ellos parece alcanzar sentido. Las letras y los números dejan de guardar su habitual coherencia, su simetría perfecta: tan gris, tan pulcra y tan ordenada en párrafos odiosos y cansinos.

Uno, dos y tres suspiros (que ahora vomito) quedan tendidos en las hojas de mis libros, esos mismos que cargaba apilados cuando te vi por primera vez.

Uno, dos y tres besos (nunca dados) yacen muertos en un baúl que no pretendo abrir jamás. Arderán por siempre en el infierno del olvido. Junto a tu nombre.

Es hora de comenzar a leer.

diciembre 12, 2011

La Foule (I)


Lo mío,
lo tuyo,
lo que vos y yo tenemos,
se reduce a un regalito de navidad rechazado.

Se resume todo en un párrafo hecho con palabras vacías.

Según vos, los corazones humanos
caben en un congelador.

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"Et j'entends dans la musique les cris, les rires..."

noviembre 23, 2011

Toma y daca


Sabías que llegaría quince minutos tarde y de todas formas te presentabas a tiempo. Al ver que salía del tren, mirabas el reloj y tus cejas arqueadas jugaban a regañarme. Yo, en cambio, jugaba a tener vergüenza, a sentirme apenado por el retraso; yo jugaba a que te abrazaba fuerte para pedir perdón. Vos, inmutable, jugabas a posar la indignación: querías más abrazos, querías más besos. Te dejabas consentir y yo me prestaba al juego; yo me prestaba al rubio en tu pelo, a la humedad en tu abrigo, a la lluvia en tus cejas, esa lluvia que -por supuesto- alegabas como agravante a mi tardanza.

Jugábamos los dos. Y jugábamos limpio, sin trampa ni malicia.
Jugábamos un juego justo, pero sin salida.
Pasábamos las horas respirando sin presión, deslizándonos entre cañas con limón.
Encontrábamos salidas sin entradas, volábamos sin despegar.
Nos abrazábamos sin complejas pretensiones,
Jugábamos por afición y con pasión.
Jugábamos a mentirle al tiempo, a ilusiones fatuas y emociones díscolas.
Jugábamos a besarnos sin tocar los labios,
A ser vos y yo,
Jugábamos a tener citas.

noviembre 17, 2011

Requiebro


Vos sos, sin duda, el error que no me puedo permitir.
Sos un litro de lágrimas retroactivas,
esas que me sacaste cuando aún no te conocía.
Sos la tristeza que he dibujado en mi mente traicionada,
la misma que ha denostado mis noches solitarias.
Vos sos, sin duda, la repetición instantánea de ese amor que una vez perdí.
Vos sos la sorpresa que se sabe de antemano,
la confirmación de todas mis sospechas.
Sos la piedra en este camino que recorro solo.
Sos la mentira que me dije cuando desembarqué:
el amor mudo.
El suspiro que me permito en el confín de mi destierro.
Sí, sos vos.
Y lo sé sin conocerte.


noviembre 16, 2011

"Molas"


Podríamos mentir como dos adultos normales lo hacen y decir que volveremos a vernos. Podrías dejar tus excusas y finalmente admitir que te gusto, que nos gustamos.
Podríamos devolverle a las hadas sus cuentos y sencillamente escondernos en un abrazo sin tiempo, uno no dado, uno imaginado.

Podría mentirte ahora y decirte que no envidio los tres granos de azúcar que yacen necios en la esquina de tus labios. Podría jurarte por lo más sagrado que mañana habré olvidado este momento; y este café, esta silla, esta taza, este sentimiento, este reencuentro. Podría mentirle al mundo y decirle que no te quiero repetir jamás; que como experiencia sos la peor, la nefasta más grande entre todas.

Podrías mentirme a los ojos como tan naturalmente lo hacías cuando estabas conmigo: cuando estábamos, cuando éramos. Podrías decir que me amás.

Yo, sin embargo, podría mentirme ahora mismo y olvidarte en el intento.




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Los labios no tienen esquinas

noviembre 02, 2011

pluvia | frigus


Es casi medianoche, está lloviendo y tengo los pies helados.
Extrañamente, el viento sopla muy fuerte.
Extrañamente, pensé que eso no pasaba en esta ciudad.
No me preguntés por qué -soy un estúpido, lo sé-,
pero pensé que aquí no hacía viento nunca.
Esta lluvia me empaña el pecho, ¿sabés?
Esta lluvia me moja en seco;
sobre todo a esta hora;
sobre todo tan solo.
Para mi desgracia el frío ha empezado.
Ha comenzado a quemarme los huesos,
a convertirme en brillo opaco.
Este frío no es bueno, ¿sabés?
Me recuerda que soy trópico.
Me señala con el dedo,
me dice que le caigo mal,
que soy su objetivo.
Este frío maldito no llega del todo,
pero de lejitos me amenaza.
Me anuncia con resoplidos gélidos que soy el siguiente;
a leguas se nota que me quiere congelar el corazón.


octubre 31, 2011

El Águila Roja


Hoy quiero hablarte a la cara.
Hoy quiero verte a los ojos.
Quiero decirte lo que pienso.

La maleza con garras de muerte es inquilina de tu pecho y lo ha sido desde hace ya mucho tiempo. Vos lo sabés y, a pesar de que nunca te has esforzado por ocultármelo, en breve lo descubriré con absoluta certeza -yo conozco tu tipo-. En breve, como un kleenex, limpiaré tus excretas y mi destino será una papelera o, en el peor de los casos, una tubería. Mis sospechas estarán finalmente difuminadas.

Ya las dudas son pocas: tus demonios existen y son ellos los que sujetan tu buena voluntad con mordazas envenenadas, los que queman los puentes que me llevan a vos.

Son ellos los mismos que te hicieron perder la batalla de batallas. La batalla contra su patrona, la predadora absoluta: el águila roja, rapaz y visceral, esa que late dentro de tí como la inquilina impostora, la golfa palpitante que te marca con grafías no registradas en mi alfabeto, la misma que te vuelve ininteligible a mis sentidos. Esa peligrosa águila roja que late perversa en tu pecho y que me reduce a una ínfima nada. Esa que te ganó y me hizo perderte para siempre.


octubre 29, 2011

9,318


Leo tu nombre y me resulta nuevo e inexplorado.
Leo tus palabras y, al hacerlo, refresco el sopor del tedio y la soledad.
Escucho tu voz y, con ella, descubro mi nombre entonado con acentos de novedad.
Me atrapás sin más. Quedo a la espera de tu respiración en mi oído; quedo al pendiente de nuevos vibratos, suspiros disonantes que capturen mi atención y me conviertan en tu prisionero.

Todo es nuevo excepto el verde en tus ojos, lo cobrizo de tu pelo y lo traslúcido de tus pestañas. Hemos estado frente a frente antes. Nos hemos besado antes. Has tomado mis caricias y las has cubierto de tus besos antes. Mi mente me juega juegos como nunca. Mi mente me traiciona y el corazón lo resiente. El latido arrítmico es doloroso esta vez porque despierta un sentimiento que una vez habitó en mi pecho.

Vos sos diferente, me lo repito tres veces.
Y no puedo comenzar a creerlo.
Vos sos la diferencia entre aquí y allá.
Vos sos nueve mil trescientos dieciocho kilómetros.


octubre 14, 2011

De los cambios


De las plantillas, de los esquemas, de los colores y de las imágenes.

De las ciudades, de los rostros, de las risas y los besos.

De los cambios que gustan,

De los cambios que angustian.

Y, sobre todo, de los cambios que asustan.

septiembre 20, 2011

y, sí.


Ahora mismo la cafeína es mi única droga compañera. La más fiel de todas. Me acelera como pocas otras lo hacen (aunque no conozco muchas). Yo sé. Cafeína. Woo-fucking-hoo. No es nada emocionante si sos cocainómano o qué se yo.

Las drogas ilegales no son lo mío. Y no porque me crea demasiado fuerte o superior a quienes deciden usarlas; por el contrario, es porque me conozco y sé que probándolas caería en ellas y me deslizaría por una vertiginosa espiral que me dejaría en la calle, desnudo y culo arriba. ¿Que qué chivo? no lo sé. La vida te coge por todos lados anyway, así que para qué drogarte.

Yo solo siento que es en demasía estúpido pensar que por usar coca, por ejemplo, vas a tener un estatus diferente, o que ya pertenecés a otro nivel, al plus. En mi opinión -a saber si humilde-, es de imbéciles pensar que con la coca vas a tener más mundo. "Viajá un poco más y hablamos después". Por la gran puta. No necesitás viajar para probarte a vos y probar al perico y a su mierda. O como sea que se diga. Recordá que el perico donde sea es verde y su mierda es igual en cualquiera que sea la latitud. Y, nada. Resulta que a mí no me gusta comer mierda.

Qué se yo. Es mi opción, dejame en paz. Yo no te diré nada, vivimos en una era de libertades, ajá. Hacé de tu boca un culo y de tu nariz un sumidero de polvo blanco, las consecuencias -si acaso las hay- las vas a vivir vos, no yo. "Di no a las drogas", ¿y quién soy yo para prohibírtelo? Hacelo si querés, pero no te metás en mi camino, ni me vengás con que no sabías lo que pasaría después. Asumí consecuencias como adulto. Informate sobre las normas que rigen nuestra convivencia y ponderá todos los escenarios posibles que derivan de su quebrantamiento. Ya luego platicaremos.

septiembre 14, 2011

lapsus

Voy a quitar estas sábanas y las voy a lavar.
Las voy a limpiar de vos.
Las voy a librar de tu cochambre,
de tu podredumbre y tu hedor,
porque de vos no quiero nada.
Ni el recuerdo vago,
ni la duda aislada.
Voy a quitar estas sábanas y las voy a lavar con tus lágrimas.


septiembre 09, 2011

alors on meurt?


La pérdida dolorosa, el adiós impuesto, el adiós no dicho. El verte ahora y mañana no más. Esa sensación de querer seguirte hablando cuando ya no escuchás más. La partida de quien se cree visitante permanente, por siempre aquí, por siempre terrenal. Es la concreción de una idea tan clara como ignorada: no somos infinitos, no estamos por siglos, somos limitables, somos anulables. Frágiles piececitas de un rompecabezas sin cabezas qué romper. Pisoteables en el corazón, en el cerebro, en el alma. De un pincelazo nos acabamos, nos quebramos, nos quemamos, nos morimos.

Todos nos morimos.
Es solo cuestión de tiempo.
Tic toc tic toc.

septiembre 07, 2011

track oculto

...
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Es precioso el arte de la desconexión emocional. No estoy ni por cerca de manejarlo con destreza y ya hay quienes dicen que soy un desalmado insensible. No lo sé.
Yo lo que tengo es miedo.
Yo lo que tengo es frío
.

agosto 30, 2011

El eclipse y el mar


Decenas de miles de kilómetros nos marcan una barrera natural y temporal que nunca creo ser capaz de sortear. Superados los deseos y olvidados los abrazos dados, decido siempre, como cada noche después de tu partida, cerrar ese capítulo y comenzar a escribir una nueva historia. Sin embargo, mi mente, caprichosa como lo es, busca los huecos en los que bajo la guardia, se filtra en mis sueños y, como si nada, me planta la idea de vos.

Heme aquí, postrado, inmóvil, incapaz de razonar ideas, impotente ante tu imagen vívida, tu respiración hecha pensamiento, tu tacto etéreo, mi corazón amordazado. Heme aquí, soñándote una vez más, haciéndote partícipe de mi vida, como huésped sin billete de retorno, como un amor que no se entiende ni se explica, solo se vive. En mi sueño te regalo el eclipse, te regalo el mar, te regalo una foto que nunca verás.

En mi sueño sos prioridad, en mi sueño seguís siendo vos.

agosto 24, 2011

En la hora del café


Yo tengo (o debería tener) asuntos más importantes por atender.
Yo tengo (estoy seguro de que así es) mejores temas sobre los cuales escribir. Sin embargo, te siento. Y lo siento tanto por mí mismo, porque me repito a pausas. A puntos. A comas.
Soy o estoy inseguro, incoherente y con la mala costumbre de releerte en mis poemas que nunca fueron, como vos y yo. Estoy mal acostumbrado a tenerte en el filo de la memoria, esa que de formas mezquinas también me incita a nunca desearte lo mejor. Ni a vos ni a él. Porque no quiero que seás feliz con ese. El nuevo, el reemplazo, mi sustituto. Ese más delgado que yo. Ese más guapo que yo. Más inteligente, más fuerte.


Nunca fuimos, vos y yo.

julio 27, 2011

¿El proyecto papá?


Son las diez de la mañana y estamos en la playa. Yo soy el mismo de siempre, quizá un poco más viejo, un poco más gordo. Vos no pasás de los dos años. Tenés la carita redonda y los ojos color miel. Tu pelo es castaño y ondulado (puedo ver cómo la caprichosa brisa del mar lo insolenta). Los dos vamos caminando descalzos. Observás mis pies marcar el camino sobre la arena negra. Levantás tu mirada hacia mí y me sonreís. Desde arriba te sonrío también.

Seguimos avanzando un par de metros más y al sentir la humedad en tus pies te detenés. Con una mueca me explicás tu incomodidad. En ese mismo instante tus manos diminutas se aferran nerviosas a mi antebrazo. No querés seguir. El miedo crece y esta vez me lo decís. Estás aterrada por el mar. Yo me detengo, me conmuevo. Me agacho y frente a frente te digo que no pasa nada, que estoy aquí, que yo te protegeré, que yo te cuidaré de las olas del mar. No muy segura de lo que hacés, cerrás los ojos sin pensártelo más. Te alzo en mis brazos con la facilidad del aire. Colochita de ojos cafés y pelo juguetón.

Estando arriba me rodeás fuertemente el cuello y sumergís tu cara en mi hombro.
En el abrazo siento tu amor. En vano te pregunto si estás lista. Tu abrazo más fuerte es mi única respuesta. Finalmente entramos juntos al mar. Doy diez pasos hacia adelante y tengo plena conciencia de que llevo a mi hija en brazos, aferrada a mí. Sangre de mi sangre. La nueva alianza ¿o la eterna? -no sé mucho de estas cosas-. El agua es tibia y las olas compasivas no azotan con la furia de otros días. Nos acarician y nos dan la bienvenida. Nos acogen en su manto de aqua impoluto, cristalino y nos invitan gentiles a quedarnos ahí.

Después de un rato levantás tu cara. Ves el mar y me ves a mí. Te sonrío de nuevo. Haces una pausa y en breves instantes me regalarás la sonrisa más linda que jamás alguien pudo regalarme. Tu pie derecho se moja de agua salada y empezás a salpicar. Te relajás. Estás feliz. Te sentís segura conmigo. De mi mano has empezado a conocer un poquito más de este mundo. Estás tranquila porque estás a mi lado, estás tranquila porque sabés que te cuido. Y yo, yo estoy soñando.




julio 22, 2011

La tormenta

Y, sí.
Vos sos la tormenta perfecta. La que siempre habré de esperar.
La que llegará y me devastará. El punto de partida de mi final. La contradicción con la que me tocará vivir, la fantasía sin protagonistas, sin pies ni cabeza, sin forma humana.

Y, sí.
Vos sos mi tormenta perfecta. Con granizos, rayos y hasta las inusuales centellas. Vos sos mi manera perfecta de morir, la encantadora amenaza que me hace sentir susceptible y saberme indefenso. Vos sos mi riesgo inminente de muerte. Una muerte que ahoga, o que limpia con su deslave mis sinsabores y mis tintes pastel, los aburridos, los desfasados.

Vos sos la tempestad,
la tormenta que llega sin calma,
porque después de vos no hay más.



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pero vos no existís


julio 13, 2011

De la cursilería y otros delirios


Esta mañana me descubrí pensándote y mi reacción inmediata fue interrogarme.

Es muy extraño -me dije- estar en medio de llamadas, discusiones y reuniones y aun así tener espacio en la mente para dibujar las perfectas líneas que conforman tu rostro. Es ciertamente inusual -reproché- estar repasando a media mañana las palabras tibias que me encantaría susurrarte al oído o imaginar las caricias que podríamos darnos cuando finalmente decidamos compartir mis almohadas y mis nubes.

Y luego almorcé.

Y luego merendé.

Y luego pensé nuevamente en vos.

No tengo opción -concluí-, creo que me gustás.

Esta tarde lo reconozco. Y me declaro incapaz de borrarte de mi pensamiento. Me declaro culpable y sucumbo ante la pretensión de querer quererte. Nunca hago uso de mi derecho inalienable a la cursilería, pero esta tarde me he quedado sin alternativas. Finalmente entiendo que la idea de querer es consustancial a la de sentirse humano, vivo. Y abrazo la idea. Abrazo tu voz, tu gesto, tu mueca. Te abrazo a vos.

Y no pasa nada con querer querer. Y no pasa nada con exponerse, atreverse a hablar o afrontar el rechazo. No pasa nada más que la vida, la experiencia.

¿Pero te lo voy a decir? No, no lo haré. Porque también tengo derecho a guardar silencio y no puedo privarme de él arbitrariamente. Tengo derecho a querer verte, hablarte, hacerte reír, hacerte enojar, todo en silencio. Tengo derecho a disfrutar todo lo que este día me hace sentir vivo; un derecho innegable a la ilusión prístina, al motor de suspiros, a la avalancha de hipotéticos.

Quiero tenerte conmigo en un ideal; en una burbuja al interior de mi pecho, justo ahí donde no llega nada ni nadie, donde el veneno no te alcance nunca y donde puedo sentir tu calor dosificado en pequeñitas cucharadas de por-siempre.

julio 04, 2011

Ventus


Yo aquí me bajo, sí.
Aquí en el desierto.
He venido a entregarte al espacio muerto para que te trague sin más. Espero hacerlo en victoria total, sin desvanecerme con tu recuerdo agonizante ni difuminarme entre los vapores fastidiosos de tu sonrisa muda.
He venido a anularte por completo, esta vez sin perderme en el olvido. He venido a esculpirme en piedra como el vencedor absoluto, el poseedor incontestable de mejores personas a las que recordar y querer cerca de mí.
Porque vos ya no estás.
Ya no existís.
Ya te fuiste.
Ya te ofrendé al desierto del ayer. A sus vientos.
A la nada que se arrastra patética en las esquinas de mi memoria, la decadente, la moribunda. Nunca serás ni estarás aquí de nuevo.
Ha sido escrito.

Besar con amor,


ya se me olvidó cómo.


junio 29, 2011

Espejo IV


Otra vez frente al espejo y te silencia una mezcla de cólera y tristeza. Este espejo que habla y te cuenta sobre tu indiferencia por la gente que se desprende de la vida, de tu vida. Pero no te importa. No te mueve, no pasa nada. Nunca pasa nada.

¿Qué clase de ser humano soy? ¿Quién soy?

De sobra es conocido que todos tenemos un ego, un orgullo, pero vos probablemente tenés dos. Este espejo no miente y me dice que quizá sean más, no lo sé. Quizá sea egoísmo. A estas alturas de tu vida deberías haberte dado cuenta de que es imposible andar por el mundo considerándose superior a los demás, pensando que todos alrededor son sencillamente descartables, tanto como un cartón de leche o una lata de atún. Deberías haber aprendido ya que la gente no se recicla. Aquí no aplica la teoría de los recursos renovables. Deberías bien saber que las diferencias no se corrigen, ni se excluyen por descarte. Muy bien harías al aceptar que la divergencia de pensamiento existe y es tan válida como el aire mismo que respirás.

La opinión diversa que se encuentra con otra sin choque, sin drama. ¿La conocés?

El mundo no se acaba si otros hablan otras lenguas, se mueven a otros ritmos y visten diferentes pieles; no podés medirlos con tu sistema métrico, ese tan prohibitivo, tan tuyo, porque nunca vas a tener resultados satisfactorios.

El espejo nunca miente, y esta vez me dice que deberías luchar por las personas que merecen la pena. Dejar el orgullo guardado. Ese que te dobla en tamaño y te triplica en peso. Dejalo ir y abrazá tu humildad.

Abrazá a los que te quieren y, sobre todo, pensá en la fortuna inmensa que tenés, porque no cualquiera se aventura en la empresa de quererte.

junio 24, 2011

El proyecto confeso

Realmente no sé qué tan válida pueda considerarse una confesión realizada en la comodidad del anonimato. Como sea, y prevaliéndome del carácter cuasi-anónimo de este mi/nuestro/vuestro espacio de lectura/terapia/libre-expresión/intercambio de ideas, confieso que hoy tengo ganas de salir de la oficina, irme a una tienda de ropa y empezar a comprarme conjuntitos y camisitas y shortcitos y pantalocitos y hasta calzoncitos. Hoy tengo ganas de consentirme como solo el empedernido consumista puro y duro puede hacerlo: comprando cositas que lo hagan sentir con guapura y gracia y porte y eleganza extravaganza. ¡Zaasa-la-zassa!. Hoy quiero salir de estas tres paredes y vidrio, olvidarme del estrés, de lo recto, del análisis, de lo puro y del trabajo y de las pugnas y del odio y del dijo-esto, lo-otro y lo-aquello; manejar hasta la tienda más cercana y comenzar a gastar los billetitos y moneditas y centavitos que me costaron tanto el mes pasado. Hoy tengo ganas de salir de aquí y tirarme un clavado mortal en el acantilado del consumismo, dejarme arrastrar por su corriente, dar vueltecitas en sus remolinos y revoltijos y amasijos. Hoy quiero probarme los conjuntitos que nunca me pruebo (por miedo a que no me queden), comprarlos y amarlos y usarlos y ensuciarlos y estrujarlos y arrancarlos de mi cuerpo después. Botarlos, quemarlos, enterrar sus cenizas y hacer de cuenta y caso que este delirio consumista nunca sucedió. Solamente.


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Qué asco me doy. Post escrito con los ojos en espiral.

junio 20, 2011

"Nevermind...

... I'll find someone like you /
I wish nothing but the best /
for you /
two /
... ".
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(Adele
)

junio 15, 2011

Insomnia

Con dos copas de vino y un poco de queso,
un par de besos y un solo camino,
me enseñaste a medir el tiempo en lunas llenas
y a ser el romántico que nunca quise ser.

A vos te guardo como un secreto a voces,
uno que me conoce demasiado.
A vos te encierro en mis poemas sin rima,
en mi pecho sin tiempo y mi caricia sin tacto.
A vos te recuerdo porque ganaste mil batallas al olvido,
reivindicaste tu nombre y entre las cenizas del adiós
volviste a nacer.

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Me urge dormir.


junio 13, 2011

Vox


Mi voz protesta enérgica contra tu nombre. Me constriñe a no articularlo nunca más: "no podés, no debés", me dice con firmeza y se rehúsa a pronunciarlo. Muchas veces trató de oponerse, muchas veces intentó cruzar cuerdas y flaquear ante esa composición de sílabas que te representan, pero todo falló.

Es finalmente hoy, en esta tarde tan gris -tan vos-, que amenaza con dejarme por siempre y nunca más servirme si te invoco nuevamente.
Con frialdad y sentenciadoras pausas me lo advierte: "Olvidate de mí si volvés a pronunciar ese nombre tan azul, tan frío, tan abyecto. Ese nombre que tantas veces lloraste al vacío, a los cuartos oscuros de tu propia soledad. Esa figura de traición que dos veces te negó, tres se olvidó de vos y que nunca tuvo la deferencia mínima en lo que concierne a los asuntos de tu corazón".

Esta tarde mi propia voz se acalla.
Esta tarde protesta contra mi necedad irracional, sin mesura. Hoy me frena y me aquieta las ganas de conjurarte. Me hace ver lo absurdo de tu nombre vomitado al vacío, como siempre; vomitado a la nada, comme d'habitude.

E
se nombre que, así lo gritara o lo susurrara, se desgastaría en tus oídos y se filtraría como arena entre tus dedos.

Ese nombre que -sin respuesta, sin réplica- no dejaría nada más que heridas en los acordes de mi voz,
profundos surcos que me reclamarían por siempre y que -seguramente- sabrían olvidar, pero jamás perdonar.

junio 10, 2011

El Salvador


- - - - -
El Salvador en el mundo.
El Salvador del Mundo.
El claroscuro sin final.
El lugar-país,
el lugar-persona,
el lugar-salvación.
El país de la sonrisa con llanto;
luz y sombra hecha nación.
El país donde las mentiras son verdades;
bien y mal, nunca en contención.
El país de las contradicciones infinitas;
diminuta dimensión, grande el corazón.
El Salvador de todo el mundo,
menos de sí mismo.

junio 06, 2011

A tontas y a locas (*)


S
uspiros sin dueño / sin razón aparente / enviados alados / sentimientos azules y espejos quebrados / mala suerte de años y más años sin fin / rimas absurdas / mensaje ausente / besos desnudos /miradas honestas -todo lo que pude aprender de vos lo escupí y lo tiré a la basura el día en que te supe distante- / nada peor que no ser nada peor que no estar lejos o cerca feliz o infeliz nunca es/tuviste dulce de leche deseo en sepia y papel carbón para las emociones / nada de verdad todo de rutina -así me quisiste, así te detesto ahora-, lejos y cerca -te odio- disfrazado con sonrisas y abrazos flácidos de ayer y esencia de adiós / Melodías que me cantan un hasta nunca / lo que has sido siempre / en lo que he sido nunca enloquecido.



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(*)1. loc. adv. Desbaratadamente, sin orden ni concierto.
(Fuente: RAE)

junio 05, 2011

Odio las noticias mudas


Esas que se te plantan enfrente con los brazos en equis y con piernas de plomo. No se van, no se mueven.

Esas que parecen querer decirlo todo con los ojos, pero en un idioma que no entendés.

Odio las noticias mudas, cómo me atormentan.

junio 02, 2011

2004 - 2011


¿Te acordás de la comida china en el Hunan?

¿Del corre-que-te-alcanzo insoportable por el que te hice pasar?
¿Te acordás de la carretera nueva a Santa Elena?
¿De aquella parada técnica en la farmacia? ¿Del motel con estilo campechano?
¿Te acordás de la pasta fría que cenamos?
¿Te acordás del "me encantás" que me enviaste por mensajito?
¿Te acordás de tu mamá en el otro cuarto, de las hurtadillas, las mentiras y los pleitos tontos?
¿Te acordás de tu terraza y San Salvador entero brillando en mis ojos?
¿De mi 4x4 en tu cochera?
¿Te acordás del chupadero al que me llevaste, de mi cara de asco total?
¿Te acordás del Don Pedro del aeropuerto?
¿Del hotel de tres estrellas, del accidente en mi nariz y todas nuestras risas?
¿Te acordás del gimnasio y tus rutinas? ¿De nuestras clases de francés?
¿De mis lágrimas de adiós en Comalapa?
¿Te acordás de mi primera vez? ¿y de mis miedos?
¿Te acordás de mi vaca negra en La Ventana?
¿Te acordás de nuestro acuerdo casual de madrugada?
¿Te acordás del perrito que recogimos en la calle? ¿Recordás que lo salvamos?
¿Te acordás del beso frente a la casa de tu tío? ¿¡Te acordás del frío!?
¿Te acordás del vino y queso? ¿Te acordás de mi cámara y el jardín de te japonés?
¿Te acordás de mi "te amo"?

¿Te acordás del café de cuatro horas? ¿y de las "pelis" en tres-De?
¿Te acordás de nuestro día entero en Nueva York?
¿Te acordás de los enredos en Ataco?
¿De aquel San Valentín y mi brazo lastimado?
¿Te acordás de los besos en París y los tres minutos en mi hostal?
¿Te acordás de tus visitas de medianoche y los taxis que pedías al final...?
¿Te acordás de nuestras recurrencias?
¿Te acordás de mi renuencia?

¿Te acordás de mí?

Yo lo recuerdo todo.

mayo 25, 2011

'caption'

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Mis abuelos, dos sillas viejas. Madera quemada. Nostalgia hecha mueble. Ornamento de antaño. Emociones d'autrefois. Mis abuelos, dos robles viejos. Maltrato de los años y los siglos de los siglos. Mis abuelos, ad eternum. Regaños apagados. Luceros opacados. Vidas consumadas. Mis abuelos y sus sillas, dos sillas. Mis abuelos, la ceguera. Mis abuelos, sus mareos. Mis abuelos y mi llanto. Mi sentimiento.




Espejo III

El dolor que a veces necesitás para recordar que sos humano y para mantener siempre los pies plantados sobre la tierra es aquel que llega directo al corazón, sin hacer escalas en el abdomen, ni paradas técnicas en la boca de tu estómago.


Es ese dolor sordo con el que enmudeces y te inmovilizás. Ese cosquilleo punzante que recorre todo tu cuerpo cuando leés tres líneas foráneas que te cancelan. Tres cortas líneas que abrazan una emoción tan ajena a lo que siempre has estado acostumbrado. Esas palabras tan contundentes que te escupen en la cara y te recuerdan que no siempre vas a tener lo que deseás; no importa cuánto creás merecerlo; no importa cuánto pensés que has trabajado para ganártelo.


Este dolor te enseña a siempre recordar que hay decisiones que te sobrepasan y que no podés hacer nada más que aceptarlas con entereza. Es el agudo dolor que te hace recordar lo básico que sos en un mundo de conexiones y burocracia. Es la punzante agonía de saber que hay poderes aun más grandes que el conocimiento y la razón. En efecto, este es un dolor que te enoja; te nubla de irascibles pensamientos y de una impotencia cruel ante el severo revanchismo del cual te crees víctima.

Pero vos qué sabés. Sos doliente e imaginás de todo.

El dolor que te empuja a vislumbrar un epítome de arbitrariedad concentrado en tres líneas. Esparcido en dos párrafos. Sintetizado en una palabra de dos letras. Un no que te cuesta tanto entender, pero que seguramente te enseñará, a fuerza de tropiezo, a no cometer los mismos errores, a no confiar en las mismas personas y a conducir tu vida fiándote únicamente de tus propias convicciones.

Este es el dolor que te enseña a desconfiar.

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Escrito feo y de golpe -a cientos de palpitaciones de corazón por minuto- hace 10 días.

mayo 18, 2011

un pedacito de nada

La última vez que te vi fue un jueves. Cuentan tus cercanos que al siguiente día una avalancha grosera e invisible te aplastó. Solo a vos. Llegó, por supuesto, cuando menos te lo esperabas. Comenzó oprimiéndote el pecho y poco a poco logró cortarte la respiración por completo. No hiciste nada, sabías que oponer resistencia únicamente empeoraría el proceso. Tus ojos se llenaron de tristeza color sepia y no tuvieron más opción que sangrar lágrimas espesas. Hoy veo tu relato silencioso impreso en manchas de vulnerabilidad. Gracias a ellas entiendo más tu sufrimiento; descubro tu traslucidez y percibo tus verdaderos miedos, pero ya es demasiado tarde.

Fuera de lugar y de foco, en el plano accesorio, lejos de donde realmente sucede la vida. Así te despediste.

mayo 17, 2011

Sarcasmus

Usted va por la calle contoneándose entre las personas, exhibiéndose como una curiosa pavo real, con sus plumas multicolores y bien perfumadas. Excéntrica, pero a la vez hermosa, con ínfulas de sangre azul y una piel tersa como las nalgas de un cerdo color rosa.
Usted tan bella, majestuosa, auténtica persona. Graciosa, cálida y acuciosa comentarista de superioridad intelectual.
Usted lánguida, llamativa y sin embargo comedida; única en su clase, inigualable en su esplendor: un modelo a seguir, un parámetro sin comparación.
Usted prepotencia sexual, orgullosa de su condición.
Usted bomba latina, beso de fuego, fellatio mortal.
Usted tan usted, siempre usted.

mayo 12, 2011

"Now, though I die, Magpie, this I bequeath:

by any other name, a Jay is still blue.
With the loneliness of you mighty men,
with your mighty kiss
that might never end,
while, so far away, in the seat of the West,
burns the fount of the heat of that loneliness.
There's a man who only will speak in code,
backing slowly, slowly down the road.
May he master everything that such men may know
about loving,
and then letting go"
Joanna Newsom
"Go long"

mayo 11, 2011

mal estar


En días como hoy no tengo consuelo. No existe nada más que aburrimiento y un malestar general que no me deja articular ni mis propias expresiones faciales.


En días como hoy quisiera poder darme el lujo de quedarme aislado en mi casa, en mi cuarto, con las ventanas cerradas y las cortinas rígidas clausurando cualquier intento de penetración solar a mi espacio.


En días como hoy soy insoportable -lo peor que podés imaginar, lo que nunca quisieras conocer-, seguramente te haría la cara y probablemente ignoraría tus intentos de plática.


En días como hoy amanezco con los párpados tostados y ácido sobre los labios; con los brazos bien pesados, más pesados de lo que el resto de mi cuerpo puede soportar. Amanezco al filo del grito; sumergido en una corriente ingrata que me arrastra fuera de mis casillas. En días como hoy ya no puedo más, ya no quiero más. No más lidiar con la misma gente, sus molestos ruidos y sus rutinarias sonrisas impostadas.


En días como hoy todo es falso. Mi hambre, mi sed, tu deseo por ayudar(me). Nada existe, hoy.


Hoy mandame a una esquina. A un rincón oscuro donde no pueda verte, donde no pueda verlos a todos intentar arreglar un mundo con falacias. Quitame dos comandos de la mente, hoy: Copy + Paste; porque días como este no los quisiera repetir jamás.


abril 28, 2011

dos


Para qué quiero seguir fingiendo con vos. Hay una sola verdad que puedo relacionar con tu cara y es que me encanta.

Si pudiera alterar el orden absurdo de mi vida y la tuya, me volvería loco inventándonos primeras citas, primeros besos y primeros todo. Seríamos felices hasta lindar con lo inadmisible. Idearíamos códigos y sostendríamos conversaciones mudas: una sonrisa tímida me bastaría para decirte que quiero irme; una mirada tibia sería suficiente para entender que no te gusta algo, alguien, algunos. Inventaríamos nuestro propio lenguaje. Inédito. Feliz.

Pelearíamos, desde luego, pero reiríamos lo necesario para seguir vivos, sin más que nuestra propia complicidad. Pasaríamos horas enteras sobrellevando el mundo, acortándonos las distancias y rellenando los espacios vitales en blanco. Después de todo, es lo que siempre quisiste –me lo dicen tus ojos–.

Si tan solo pudiera alterar el rumbo norte de tus brújulas estarías conmigo. Detour. Vía alterna hacia tu felicidad, porque conmigo serías feliz. Habrías llegado para quedarte y yo para guardarte en un por-siempre sin mayores implicaciones. Seríamos dos: cine, cama, muerte para dos. Solo dos.

Hoy se cumple un mes desde la última vez que te vi y he decidido celebrarte con mis palabras; estas que nunca leerás, pero que de alguna manera pretenden ser una caricia para tus labios perfectos y un desliz escurridizo frente a tus penetrantes ojos oscuros. Hace un mes, nos saludamos incómodos sin saber qué tanto decir, o cómo actuar. Nos huyen las palabras cuando nos vemos. Nos separan los rumbos, esos mismos que quisiera cambiar para construir una sola verdad, la de nosotros. Dos.


abril 26, 2011

Batallar


Camino por los pasillos de un edificio viejo y me veo en el reflejo de sus ventanas cerradas. Veo mi silueta y me reconozco, pero no sé quien soy. Sigo caminando y encuentro un par de puertas abiertas. Las veo con el rabillo de mis ojos y apresuro mi andar. He decidido ignorarlas una vez más
(lo hago con cierta frecuencia). Armado de valor me dibujo una sonrisa falsa y con ella soy invencible: Sorteo las miradas curiosas y las preguntas impertinentes. Con mi sonrisa falsa las explicaciones sobran y los buenos días parcos fluyen como con vida propia. Mi mentira es mi fiel compañía. Mi soledad es mi única verdad. Mi estancia gélida, mi destino. Ese que me espera impaciente: la máquina de vapor, la fábrica del orden, la justicia hecha palabras ininteligibles, los párrafos monstruosos pero leales, las rutinas y los quehaceres que ingenuamente pretenden combatir las manías de perfidia y los sentimientos execrables. Atrás queda lo que te pudre. Pero me rebota. Me impacta. Estoy y no estoy. Me instalo en medio de mi propia búsqueda de perfección. Esa que me deja sin tiempo y sin juventud, sin vida. La que me deja sin nada y sin nadie, vacío de ideas, vacío de espacio, sin propósito compartido. Anónimo en vida y en la muerte, recorriendo pasillos con una batalla sobre los hombros, una sonrisa falsa y un par de buenos días prostituidos en los labios.


abril 01, 2011

Abril, 2011.


Esta mañana no sentí el tráfico. No me molestó para nada el ruido de los autobuses impacientes a mi lado o sus irritantes llantas afiladas queriendo abrirse el paso por toda la autopista. Nada que pudo robarme la paz lo hizo. Yo pensaba en vos. Sentado cómodamente repasaba los contornos de tu rostro. Saboreaba tus labios a distancia y me dejaba llevar en la más absurda de las fantasías. Yo platicaba con vos.

March, 2009.

Point ReyesYou drowned me. Point Reyes, I should have known better.

marzo 30, 2011

"you look so fine...

I want to
break your heart
and give you mine...".

Garbage

marzo 29, 2011

una idea


tan libre como tu Cuba,
tan rápida como tu adiós,
tan distante como tu mirada,
tan afectada como tu respiración.

marzo 16, 2011

El proyecto filial

Yo voy por la vida y veo en ellos lo que nosotros no somos. Voy por la vida y los veo altos o bajitos, fornidos o flacos, bien parecidos o feos; no importa cómo, pero siempre dos. Veo que actúan y hablan de manera similar. Ambos caminan con el mismo ritmo y se tocan el pelo cuando están nerviosos. De tal palo, tal astilla -pienso-. Veo cómo se hablan y se abrazan, algunas veces hasta se dan besitos en la mejilla. Son cómplices con frecuencia y, por lo general, el uno -más viejo- le da consejos al otro sobre cómo conquistar a una mujer. Los veo sentados en la sala de sus casas, absortos frente al televisor viendo el fútbol de domingo. Se toman un par de cervezas en el patio y el uno -otra vez el más viejo- le pregunta al otro que cómo le va en el trabajo. Los veo y no puedo apartar la mirada, son padre e hijo.
Yo voy por la vida queriendo y no queriendo emociones que desconozco. La verdad es que no sé cuánto tiempo ha pasado desde que usted y yo nos sentamos solos a discutir sobre nuestros asuntos. O cuándo fue la última vez que nos tomamos una cerveza, o la última en la que nos contamos un chiste o dos. Me da cierto temor reconocer que posiblemente nunca hayamos hecho nada de eso, que quizá lo soñé o que quizá fue simplemente un deseo súbito que me surgió en una de mis típicas tardes de nada.
Mentiría si dijera que estoy contento con esta relación tan extraña que tenemos. Una interacción diplomática, desde luego, pero sumamente extraña: los abrazos dados por ritual; las preocupaciones plausibles que se dan solo si hay una pauta expresa; las preguntas que versan solo sobre lo que está dentro de nuestras fronteras invisibles. Lo demás, ha sido y es tabú entre nosotros. Un secreto recelosamente guardado por ambos: No me pregunte, no me cuente. Así como en el army de los gringos. Ese sistema funciona, pero nos deja como seres humanos a medias y a medias nos quedamos, usted y yo.
Yo voy por la vida con miedos concretos que nos conciernen a los dos. Miedo a pensar que así quiero nuestra cercanía: cordial, amigable, llevadera, falsa. Miedo a que, a pesar de las visitas, los abrazos y las palmadas en la espalda, sigamos envueltos ad eternum en una mecánica de cordialidad filial superficial. Miedo a que algun día, cuando ya no estemos (usted o yo), recuerde con arrepentimiento este vacío de confianza que nos mantiene con los mecanismos de defensa en pie.
Yo voy por la vida y veo en otros lo que usted y yo no somos.

marzo 15, 2011

Escapada


Venite conmigo y caminemos juntos sobre pasarelas libertinas,
venite conmigo y tengamos un desliz sin apremio,
con las miradas simples de transeúntes curiosos,
con los prejuiciosos huéspedes incrustados en tu paladar:
masticalos todos, escupilos todos,
que no te quede ninguno en los dientes,
lavatelos bien y luego besame otra vez.
Vámonos de aquí, lejos donde ya no se nos vea.
Venite conmigo y golpeame las piernas,
pellizcame los labios con tus pezones,
haceme vibrar donde nunca he podido,
pero venite ya conmigo, tous les deux.
No me dejés atrás, ni te quedés vos tampoco,
porque aquí hace miedo,
porque aquí hace soledad.
Venite y seguime el ritmo,
saltá tan alto como yo,
penetrá profundo como yo,
suspirá hasta el fondo como yo,
pero no lo hagás con los ojos cerrados,
no lo hagás con el cinto de casta deidad.
Despojate de las cadenas y dientes de cobre,
desprendete del espinazo-prejuicio,
liberate de la tortura sin placer.
Fijá tus colmillos en mi mentón,
no los separés jamás.
Mirá fijamente mis poros,
saboreá el sudor nuevo,
colectalo, reciclalo junto al tuyo.
Venite conmigo y corré sin freno,
corré más fuerte,
porque si no lo hacés te quedaste para siempre,
aquí donde hace miedo,
aquí donde todo es tan real.

marzo 12, 2011

vidrio


La verdadera tristeza es la que advierto en la comisura de tus labios cuando fingís una sonrisa, es la que eriza mi piel cuando te siento emitir el último suspiro al filo de la tarde, el último que se da con luz y el primero antes de la taciturna noche que te espera en soledad.

La verdadera tristeza es la victoria que se encierra en tu sentimiento de derrota permanente; es tu celebración sin invitados, es tu juventud apagada como el brillo de las estrellas en una noche de invierno.

La verdadera tristeza se infiere de tus ojos abiertos al dormir, de tu respiración perezosa y de tus monosílabos inicuos. De tu respirar por obligación, tu existir por costumbre y no por genuina voluntad.

La verdadera tristeza es tu cena sin sabor, olor y mucho menos color. Es tu rostro sin ojos, es el espejo que miente, es tu infierno en la tierra. Tu sol sin su luna. Tu yin sin su yan.

La verdadera tristeza es la que ves entrar, pero nunca salir.

Lady Gaga, Britney Spears, Rihanna, Selena Gomez, Ricky Martin, Madonna, Alanis Morissette, blah blah blah

[¿Será que el título de esta entrada 'direccionará' a alguien de forma aleatoria a este blog? Lo dudo, pero bueno... suponiendo que eso pasara y usted ya está aquí (porque en algún motor de búsqueda solicitó información sobre cualquiera de los artistas arriba mencionados y le salió esto), pues bienvenido/a. Aunque sea por error, pero ya esta aquí. Ahora lea las entradas precedentes. Gracias por participar]
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Insane experiment. Curiosidades blogueras, foolishness, delirios hilarantes, "is there anybody out there?"-kind of question... todo confluye en una madrugada realmente improductiva. Por lo menos este tipo de pausa sirve para desviar la mente de nubarrones existenciales y pseudo emocionales.

marzo 09, 2011

mucho, poco, nada

De nada me sirve verte "feliz" en una foto al lado de un hombre alto y de dientes perfectos, si vas a seguir escribiéndome mensajes sonámbulos. Nada vale tu intención pública de amor nuevo, tu despliegue de afecto abierto, visual y absurdo, si vas a seguir regalándome llamadas ebrias a las 2 de la madrugada. Poco me importa lo que tenés por decir, ya poco me interesan tus palabras amargas, borrachas de cheap liquor. Poco o, mas bien, nada las quiero. Lo único que deseo es superarte en paz, olvidarte en calma con el viento en la cara, despertándome del sueño de vos -mi pesadilla extranjera-. Mucho te empecinás en arrastrarme, mucho en atarme con tus finos hilos cobrizos, tu manto caucásico, tu psicología perversa. Ya nada te funciona conmigo. Soy libre, no soy tuyo.

marzo 08, 2011

Insane honesty


Con cólera en los dedos imprimo la verdad y, con ella, la pena que me produce.
He comenzado a demostrar interés en vos.



Vos que, muy probablemente, no te lo merecés.
Vos que, con toda razón -o poca-, no tenés interés alguno en mí.

marzo 05, 2011

El proyecto honesto

La honestidad al escribir nunca se me dio, pero si se tratara de confesar lo que realmente pasa por mi mente en este justo instante, necesariamente, tendría que admitirlo: quisiera que existieras. Sin ánimo de revolcarme en cursilería, quisiera que estuvieras aquí para mí, para no dejarme hacer las cosas que sabés y sabemos que me lastiman. Quisiera saberte tangible a mis sentidos, asequible a mis posibilidades emocionales -tan limitadas-. Quisiera eso y toda su consecuencia. Te quisiera hoy para mí y nadie más; te quisiera firme en mi pecho, dos en uno en mi cama.
Qué cólera tener que reconocerlo, quisiera que existieras.
Hoy, aunque sea solo por un momento, pero hoy.
Hoy, porque estoy solo, hoy.
Hoy, porque a la soledad la siento cruda, hoy. Trágica, hoy.
Hoy, porque no me entiendo ni quiero hacerlo... y vos podrías, yo sé que podrías, hoy.
Quisiera que existieras, pero por un momento nada más.





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you're a silly goose...

febrero 28, 2011

Espejo II

Vivís en San Salvador, El Salvador. "El pulgarcito de América", el chiquito y violento. Ese mismo paisito en el que toda la gente se queja cotidianamente por erradas decisiones políticas, violencia, pobreza cruel y desempleo paradójicamente esclavizante. Carencia, carencia y más carencia. El país con abundancia de carencias. Algo que vos ya sabés y que te repetís como una especie de mantra obligatorio: estamos mal. Un muerto, dos muertos, tres muertos. Dejás de contar cuando llegás a los trece. Dejás de contar y comenzás a quejarte de nuevo. Te quejás o llorás. Decidís mejor quejarte, vomitar esa especie de consigna de batalla aprehendida para demostrar que sos diferente y que no formás parte de ese fenómeno de podredumbre cultural que se come con bocados de gigante al pulgarcito, a esos veintiún mil kilómetros cuadrados de esterilidad intelectual. Sí, ajá, lo digo porque estoy enojado. Y te lo digo a vos, porque te quejás demasiado. Te quejás del peligro, de las plazas sucias, de la violencia y de las maras. ¡Uy, las maras! ¡Qué terribles son "los maras"! mejor no vayás a El Salvador, andate para Costa Rica porque los ticos son como los suizos centroamericanos, ¡sí, qué lindos que son!. Y pensás de nuevo en lo feo. En "el cáncer social" de nuestro país. Claro, escupí para arriba y más alto, ya vas a ver qué pesada y asquerosa estará tu saliva cuando se estrelle en tu cara. Seguramente te incomodará los ojos y verás borroso por unos segundos, luego, por supuesto, te quejarás. Pero, en fin, qué más esperar de vos. Con gran certeza te quejarás un poco más, eso es lo único que sabés hacer, eso y decir "NO". No a ceder el paso, no a hacer favores, no a respetar la fila en un banco, no, no y no. Si tuviera que describirte sería con un "no", porque eso es lo que respirás, comés y cagás. Si tuviera que recordar la palabra que con más frecuencia te he escuchado repetir sería "no". Qué sorpresa, te quejás de mis acusaciones. -Yo no soy así-, decís. -Por lo menos yo no mato a gente ni robo a nadie-, rebuznás. De nuevo con las quejas, de nuevo con tu no. Ajá, quizá tenés razón, vos no sos así. Vos sos distinto, porque descompuesto en tu sillita de oficina opinás que escupir plomo a los otros está mal. Pero tus brazos cruzados me dan equis y yo hoy quiero quejarme de tu otro tipo de indiferencia. De tu complejo de conformismo y de tus aspiraciones de mediocridad. Yo quiero quejarme de la cabeza hueca que sostenés sobre tus hombros y de tus pretensiones por un mejor país. Yo hoy quiero preguntarte cómo esperás que la porqueriza cambie, si la mayor de las transformaciones está dormida en tu mente. On hold. Hoy quiero hacerte un reclamo porque has presionado tantas veces el snooze button y no te has despertado nunca para ver el daño que tu actitud le causa al terruño que vos decís querer tanto. Yo te quiero reclamar por sobrepasar la doble línea amarilla y por ser un verdadero lagarto con todos tus "azuliblancos". Te quiero dar de bofetadas por no respetar una fila de banco y por no ceder el paso en la calle. Por robarte el espacio en el parqueo a una persona que llevaba cinco minutos esperándolo. Por querer "quedar de chivo" y aplastarte en el camino de otras personas. Por irrespetuoso. Por no dejar pasar al peatón que quiso cruzar la calle en el paso de cebra. Por cruzarte la calle por donde no debés cuando sos peatón. Por ser parte de un circo. Por ser una bestia entrenada para trabajar como autómata, sin iniciativa, sin más. Hoy te quiero reclamar por no despertar y no darte cuenta de que la vida es aquí y ahora. Es lo que hay, pero lo podés cambiar de a poquitos. Date cuenta ya, porque la alarma lleva ratos encendida.

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Apoye el cambio hoy: ceda el paso, salude, respete una fila. Sea gente, no bestia.