abril 23, 2010

El Proyecto Peligroso

Viajar más de dos mil kilómetros con pretensiones específicas de deslinde y/o ruptura sentimental es un proyecto peligroso. Debe uno estar seguro de lo que hace y, sobre todo, debe uno estar seguro de lo que realmente siente; en caso contrario, las consecuencias pueden ser decididamente confusas.
Se me advirtió antes, no puedo negarlo. Las voces familiares y amistosas me lo dijeron: te estás dando paja. Semanas después, lo entiendo. Acepto como medianamente certeros todos esos augurios proferidos con voz amiga y regañona: vas a regresar peor de lo que ya estás. Ajá. Regresé. Pero no sé si estoy bien o mal. Supongo que todo depende de lo que entendamos por "bien". En todo caso, esos vaticinios de colapso emocional inminente solo pueden ser medianamente certeros, porque un viaje con pretensiones así, no es ni será nunca la causa de mis colapsos emocionales (mi orgullo me lo impide y con él no discuto nunca).
Un viaje así, tal vez sea la causa de tambaleos financieros pasajeros -y qué dicha, qué lindo que es finalmente conocer el verdadero significado de la austeridad-... o probablemente sea la causa de una mutación sentimental irreversible. No lo sé. Me da cólera escribir esto (porque odio los clichés) pero en el fondo, muy en el fondo, lo que no te mata te hace más fuerte... ¿o en mi caso, más cínico? En un arranque de pseudo honestidad me atrevería a ploclamarme así. Y creo que no me daría pena, no me avergonzaría pensarme capaz de ver al amor como una simple palabra de cuatro letras, un sustantivo inerte, una palabra que puedo escupir y vomitar sin más. Fuerte, cínico o frío. Poco importa. Lo único que me gustaría saber es si, al pensarme así, me estoy dando paja de nuevo. ¿Pronunciarme satisfecho
por un proyecto que costó más de dos mil kilómetros y un tanto menos de dólares es saberme honesto? Me gustaría pedir prestada esa camiseta de la fortaleza, pero me conozco y creo que, lastimosamente, hoy no me queda.

2 comentarios:

  1. La versión del refrán más vulgar y acertda para el caso sería "Lo que no te mata, te engorda" jejejeje...
    Pero la cuestión es que ir y venir por la vida, recorrer las rutas de la geografía vital, es parte del paquete del viajero. No hay otra forma de llegar a un buen destino, y uno sabe, cuando se ve avanzando, que tampoco hay mejor forma. Recuerde aquella otra frase: "La vida es más grande que el destino". Sola-mente.

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  2. Gracias!
    jajaja, y sí. Este proyecto peligroso no me mató, pero sí que me engordó. jajaja

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