noviembre 08, 2010

Yo soy

El de la corbata rosada. El cortés caballero. El de las maneras –buenas y malas-. El buen partido. El eterno soltero. El que sería tu novio si no fuera ajeno. El que te respeta. El que te escucha y te abraza. El altruista. El buen amigo. El buen hermano. El amante –bueno o malo según el humor–. El cobarde valiente. El que no cambiará, el que no cree en la religión pero si en un dios, uno suyo, un dios egoísta. El estudioso incansable. El que se esconde en la academia, en el título. El de la estrella quemada. El que se agota con los suspiros, el que se olvida en tu aroma. El narciso. El terco. El orgulloso. El irascible. El vigoréxico, el de la eterna dieta, el de la comida chatarra culposa. El que parece andar fresco, a pesar de ser un cochino. El de las apariencias –las evidentes y las que no lo son tanto-. El de la excusa, el que procrastinará cada vez que puede. El que no cocina, el que no se ensucia las manos, el torpe para todo, el bueno para nada, el inútil, el raro. El consentido. El insoportable. El que no quisieras ser después de conocerlo. Yo soy el que empieza bien y termina fatal en un solo párrafo.

8 comentarios:

  1. Love it!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. now that I've met you
    would you object to never seeing each other again?

    -me recordó-

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  3. Lindo, lo de las "apariencias obvias" me encantó...escribís lindo, insisto.

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  4. Anónima! Linda vos, por visitarme y leer!
    Caravanteees, me sonrojo! jajaja gracias. ;)

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  5. Gústanme el texto y usted (para seguir con las piropiadas, chis).

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  6. Pero si Nadie cuenteya al tal proiectus... :) jajaja | Qué galán que se lo piropeen a uno

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