septiembre 09, 2011

alors on meurt?


La pérdida dolorosa, el adiós impuesto, el adiós no dicho. El verte ahora y mañana no más. Esa sensación de querer seguirte hablando cuando ya no escuchás más. La partida de quien se cree visitante permanente, por siempre aquí, por siempre terrenal. Es la concreción de una idea tan clara como ignorada: no somos infinitos, no estamos por siglos, somos limitables, somos anulables. Frágiles piececitas de un rompecabezas sin cabezas qué romper. Pisoteables en el corazón, en el cerebro, en el alma. De un pincelazo nos acabamos, nos quebramos, nos quemamos, nos morimos.

Todos nos morimos.
Es solo cuestión de tiempo.
Tic toc tic toc.

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